3/12/12

Luis Gerardo Áñez. Calidad humana y profesional

Paciente: Luis Gerardo Áñez. Testimonio de su madre, Militza García

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Yo tuve un embarazo normal, todo venía desarrollándose sin problemas hasta que tenía ocho meses de gestación. Entonces comencé a sentir molestias y todo indicaba que tenía que dar a luz, pero el médico que me atendió, en una clínica de Valencia, decidió que esperara las 40 semanas completas. El niño nació con la cabeza morada, como si le hubieran dado un golpe; se le diagnosticó lo que se llama sufrimiento fetal. Al niño no le llegó suficiente oxígeno al cerebro durante ese tiempo.Pasó sus primeros años de vida muy deteriorado y con problemas motores; le daban hasta 100 crisis o convulsiones en un día. A los cinco años dejó de hablar y de entender lo que le decíamos; fue un momento muy triste para la familia.
En el Hospital Militar de Caracas le colocaron un estimulador del nervio Vago, que es un aparato que envía una onda al cerebro y permite que se oxigene. Esto redujo las crisis a seis ó siete en seis meses. Las convulsiones le torcieron los pies y se los dejó inoperativos, así que no podía caminar. En una clínica de Valencia nos dijeron que podían operarlo por 26 mil bolívares. Ya para esta época habíamos solicitado ayuda al Convenio Cuba-Venezuela; el 7 de enero de 2011 nos trajeron por primera vez a La Habana.
Luis Gerardo tenía 12 años; cumplió los 13 estando aquí. Cuando regresó a Venezuela, en noviembre de ese año, su papá lloró en el aeropuerto al verlo ir caminando hacia él. En ese primer viaje le operaron un pie; dentro de poco le operan el otro pie y caminará mejor.
Le empezaron a hacer y le siguen haciendo terapia del lenguaje y logopedia, y ya está empezando a hablar. Él no masticaba ni tomaba líquidos en envases y ya lo hace. Todo eso lo ha aprendido entre los 13 y los 14 años.
Estoy muy agradecida con la calidad humana y profesional de los médicos que lo han atendido: Los doctores Noel, Cuco y Alberto, de Ortopedia; el doctor Marrero, de Neurología; las doctoras Josefina y Melba, de Pediatría.

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